viernes, 24 de junio de 2011

... Y POR SI ALGUIEN PENSABA QUE UNO SE INDIGNA SIN MOTIVO...

El figura que dirigirá el BCE, tope feliz al conocer el próximo chollo.

Bueno, pues la noticia la he visto hoy en el telenoticias. Por si alguien pensaba que nuestros políticos no deben favores a nadie, o que sólo miran para otro lado en nuestro país, aquí lo tenéis: el nuevo gobernador del Banco Central Europeo (BCE) a partir de noviembre será.. tachin, tachiiiiiiiiiiin!... Mario Draghi, gobernador del Banco de Italia desde el 2006.


- ¿... y qué? -preguntará alguien.

Reconozco que el único Mario que me suena es el de los juegos de la Nintendo de mi hijo, y que hasta hoy para mi Mario Draghi era conocidísimo en su casa a la hora de comer... pero se ve que no, que es conocido en otro sitio.

- ¿... y donde?

Pues nada más y nada menos que en Goldman Sachs... si, si... el mismo Goldman Sachs del que hablaba en mi anterior post... el que recomienda las inversiones contra España y provoca que nos suban los refrescos. Aunque no se les conoce sólo por eso:

"Entre 2002 y 2006 (Mario Draghi) fue vicepresidente para Europa de Goldman Sachs, el banco de inversión que ayudó a Grecia a maquillar sus cifras de déficit y deuda" (elcorreo.com, edición Vizcaya del 24/06/2011)

¡Ojo! que además "es el presidente del Consejo de Estabilidad Financiera, el órgano al que el G-20 ha encargado la elaboración de un nuevo marco financiero para evitar futuras crisis". ¿Se acuerdan de aquello de dar el extintor al pirómano?

- ¿... y los que lo han elegido no lo saben? -continua preguntándose alguno.

Los que lo han elegido, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, están muy preocupados, pero por algunos detalles que ellos consideran más importantes que el currículum del muchacho:

Sarkozy estaba preocupado porque la elección implica que habrá dos italianos en la directiva del BCE, y por eso ha pedido a Silvio Berlusconi que el otro italiano, Lorenzo Bini Smaghi, deje el cargo... algo a lo que Berlusconi ha accedido, pero con lo que el tal Lorenzo no parece estar muy de acuerdo... y Angela Merkel está muy preocupada porque "es italiano" (sic), e Italia es uno de los países más inflacionistas y eso queda mal ante sus teutones votantes.

En resumen, para una buena parte de nuestros líderes europeos es más preocupante ser italiano que haber sido vicepresidente de una compañía durante la época en que ésta se dedicaba a actividades fraudulentas.

- ¿... y el resto que opina?

Lo que diga la rubia.

¿El que pregunta tanto se ha enterado ya?

miércoles, 22 de junio de 2011

INDIGNABLES INDIGNADOS

Larga es la sombra de Don Dinero

Porque sólo se indigna quien tiene capacidad para hacerlo. Como en cualquier enfermedad, hay personas susceptibles de padecerla, con mayor o menor gravedad, y personas totalmente inmunes a que les suba la temperatura, en muchos casos de forma hereditaria.

Últimamente, cada día que abro el diario para dar una ojeada al mundo en que vivo encuentro alguna cosa nueva por la que sentirme indignado.

Me resulta especialmente indigno e indignante que un organismo como el FMI, dirigido por sujetos que hicieron fortuna y agosto a expensas de inversiones especulativas, desregularizaciones financieras y las burbujas de turno, pida valentía a un gobierno para emprender reformas impopulares, cuando ellos mismos son manifiestamente cobardes para reconocer su responsabilidad en la crisis y, aun mucho peor, cobardes para volver a poner normas en un mercado financiero global que ellos mismos crearon y convirtieron en el salvaje oeste, para luego auto imponerse la estrellita de “sheriff más duro al oeste del Danubio”. Su actitud me resulta tan deleznable como la de aquellos demócratas que promulgan su incuestionable condición a los cuatro vientos, mientras dejan pudrirse en fosas comunes a quienes dieron su vida por defender su amada democracia de miting barato. Unos y otros tendrán la sartén por el mango, pero carecen de la más mínima fuerza moral.

Me parece totalmente indigno que los bancos centrales, tanto el BCE como el de cada país miembro de la UE,… esos mismos que aplauden al FMI por sus sabios consejos,… esos mismos que parecen terriblemente preocupados por la deuda externa,… pues eso, que sean ellos los que presten dinero a entidades financieras a un interés del 1% para que usen ese mismo dinero en comprar deuda de un país a un interés superior al 5%, en lugar de dedicarlo a conceder créditos a innovadores y emprendedores, que son los que siempre han creado empleo y riqueza duradera,... y encima que presionen para que siga subiendo la deuda… y encima exijan recortes sociales para paliar los efectos de un sobreendeudamiento que ellos mismos están financiando.


Hijos de directivos de entidades financieras españolas
en un campamento juvenil en Sant Giu de Marfallonga. Como puede
verse, ya apuntaban maneras.

Me parece de un cinismo que raya lo patológico vendernos que los bancos juegan un papel fundamental en la salida de la crisis, como medio de justificar las ayudas públicas y millonarias que les han concedido, mientras lees que Goldman Sachs, el quinto banco de inversión de EUA (¿os suena el nombre relacionado con las hipotecas basura y el origen de la crisis?), recomienda a sus clientes en todo el mundo “apostar contra España en el diferencial con el bono alemán (…) y los seguros de impago”… mientras lees que empresas como Coca-Cola y otras han acusado a dicho banco de comprar grandes cantidades de metales, almacenarlas en un almacén de Detroit, e irlos sacando al mercado en las cantidades mínimas que fija la bolsa de metales de Londres, muy inferiores a la demanda real, para que aumente su precio al disminuir la oferta, lo cual ha provocado ya una subida del 13% en el precio del aluminio. La próxima vez que compres una lata de refresco y pagues el precio, recuerda el nombre de Goldman Sachs… seguro que tienen madre.

En los 70-80 los bancos invirtieron millones para que no
entrasen ladrones,...  y ahora el problema es que salgan.
"La vida es asín", declararon miembros del FMI que prefieren
guardar el anonimato. 

Me parece absurdo que los políticos den el extintor al pirómano.

Me parece triste que no se aprenda nada de los propios errores.

Es tremendamente fácil pedir sacrificios a los perdedores; siempre ha sido la mejor forma de que los vencedores perpetúen su victoria.

Hace ya mucho tiempo que las personas cedimos algunos derechos y concedimos poderes y privilegios a nuestros representantes, con la condición de que velaran por el interés común y abordaran los problemas propios generados por el simple hecho de tener como costumbre vivir en comunidades organizadas. Si esos representantes han cambiado las reglas del juego para venderse a otros intereses, quizás sea el momento de pedir que nos devuelvan derechos, poderes y privilegios.

A algunas generaciones se las recuerda por abolir la esclavitud, por conseguir que el poder fuese por el pueblo y para el pueblo, por establecer el voto para todos, por conquistar el derecho a descansar un día y medio a la semana… ¿Por qué se nos recordará a nosotros?

Por ahora, si algo hemos logrado es ser la primera generación en muchos siglos que no podrá decir que sus hijos vivirán mejor que ellos. Cambiar eso no sólo es posible: es una obligación.

Como dijo una vez el humorista Quino: una avispa no puede picar a una locomotora,… pero puede llenar de ronchas al maquinista. Espero que nuestros maquinistas tengan mucho que rascarse mientras no pongan la locomotora en la vía adecuada, y dejen de trabajar sólo para los vagones de primera, a costa del sacrificio de los de segunda.

martes, 7 de junio de 2011

LEYENDAS URBANAS “CIENTÍFICAMENTE DEMOSTRADAS”


Hace ya un tiempo, un grupo de científicos publicó un artículo en una prestigiosa revista en el cual analizaban varias de las afirmaciones que corren de boca en boca, del tipo “hay que beber al menos 2 litros de agua al día”, “sólo usamos un 10% de nuestro cerebro”, “las uñas crecen después de muerto” o “el pelo se puede volver blanco después de un susto”. Seguro que estas, y muchas otras, las hemos oído cienes y cienes de veces a lo largo de nuestra vida, unas por boca de supuestos especialistas televisivos de programa de sobremesa, otras por el típico amigo de variopintas inquietudes, amenizador donde los haya de gastronómicas reuniones y fermentadas tertulias. Ésta última especie parece que ha mutado en el coetáneo y compulsivo enviador de correos en serie, contumaz e indeleble propagador de la cultura del “corta y pega”.


Recuerdo que en mi juventud, allá por el final de los 70, en algunos círculos sociales empezar una frase con un “está científicamente demostrado que…” equivalía al aviso de “ojo que lo que voy a soltar va a misa”. Hacía poco se había realizado el primer transplante de corazón (C. Barnard, 1967), el hombre había pisado la Luna (N. Armstrong, 1969), los descubrimientos sobre el origen del universo, el famoso Big Bang (G. Gamow, 1948) y la estructura de la base molecular de la herencia, el ADN (J. Watson & F. Crick, 1953) llevaban ya tiempo digiriéndose en la conciencia popular, dando la impresión de que empezábamos a alcanzar la cima del saber. Pero sobre todo, sobre todo, el lema de mayo del 68 “la imaginación al poder” parecía haber sido mal interpretado por algunos, que creyeron ver en el método científico una norma retrógrada y censora, y se dedicaron a emplear los crecientes conocimientos y medios técnicos en el estudio e interpretación de todo lo que se movía (o se movió en el pasado) sin ningún tipo de método ni control. Desde luego que la pseudo-ciencia no se inventó en los 70, pero con la televisión en pleno apogeo... ¿Se acuerdan de Uri Geller? ¿Y del Doctor Rosado?


Uri Geller y su particular cruzada contra la sopa de sobre

Un apunte: en 1969 se empezó a desarrollar Arpanet, la red militar norteamericana que constituye el embrión del actual internet, pero como entonces no se tenía ni idea de que el invento acabaría siendo útil para bajarse música, explicarle tu vida a una indiferente humanidad en facebook, o colgar videos de tus nulas habilidades deportivas en youtube, podemos considerar que no tuvo influencia.

Lo cierto es que si la mayoría de la gente no sabe lo que significa estar científicamente demostrado, ya que desconoce realmente cómo funciona el proceso de creación del conocimiento científico, no puede tener espíritu crítico para analizar la frase que se suelta a continuación. Otro día intentaré explicar cómo funciona la ciencia por dentro, pero hoy me gustaría que usasen sus conocimientos básicos del cuerpo humano, pusieran un poco de sentido común y pensasen por un momento en las cuatro afirmaciones del primer párrafo.

Hay que beber al menos 2 litros de agua al día

Origen de la afirmación:
El cuerpo pierde más de litro y medio de agua al día entre el sudor y la orina

Realidad:
Para compensar las pérdidas por el sudor y la orina, nuestro cuerpo necesita un aporte de unos dos litros de agua diarios, lo cual no implica que sean bebidos: toda la comida que ingerimos contiene agua en mayor o menor medida, y esa también cuenta (una dieta equilibrada ya supone más de 1 litro diario a partir del alimento sólido). Además, hay estudios que descartan totalmente una relación entre la hidratación de la piel y la cantidad de agua que se bebe. La capa externa de la piel la forman células muertas sin ningún riego sanguíneo, por lo que su apariencia en un individuo sano depende más de factores externos (insolación, infecciones, contacto con productos químicos, etc…) que internos. Si quiere tener una piel más hidratada, tome menos el sol y emplee parte del dinero que gasta en agua en comprar aceites hidratantes y protectores solares. Beba cuando tenga sed, excepto si tiene previsto realizar un ejercicio prolongado o estar expuesto a altas temperaturas. En estos casos es mejor avanzarse a las pérdidas.

Sólo usamos un 10% de nuestro cerebro

Origen de la afirmación:
Las posibilidades de conexión entre neuronas son potencialmente enormes.

Realidad:
Los estudios sobre actividad cerebral demuestran que todas las áreas del cerebro participan en alguna de las distintas funciones del organismo. Evolutivamente hablando, es totalmente inviable mantener vivo un órgano como el cerebro, tan caro en términos de consumo de energía (de hecho es el órgano que más energía gasta), para sólo usar un 10%... fíjense si no en los personajes que frecuentan las tertulias de Intereconomía, Punto Pelota o Sálvame. El que los humanos tengamos por costumbre no explotar todas nuestras capacidades intelectuales es una cosa, pero eso no quiere decir que un 90% de nuestro cerebro esté dormido esperando dominar un día la telepatía sin hilos para comunicarse con Raticulín.


Algunos políticos ya podrían irse a Raticulín
con telepatía o sin ella


Las uñas crecen después de muerto

Origen de la afirmación:
Cuando se ha abierto tumbas recientes, se ha observado que el pelo y las uñas eran más largos

Realidad:
Al morir se produce una deshidratación del cuerpo, lo que provoca una contracción de la piel al perder volumen y, consecuentemente, que las uñas parezcan más largas. Pero desde luego, las células de la base de las uñas, responsables de su crecimiento, mueren también a los pocos minutos de la muerte del individuo por falta de riego sanguíneo. Lo mismo sirve para el caso del supuesto crecimiento del cabello.

El pelo se puede volver blanco después de un susto

Origen de la afirmación:
Aparece en alguna novela de terror de la época del romanticismo, y en algunas historias de condenados a muerte

Realidad:
El cabello está formado por proteínas (queratina), no por células vivas, y crece lentamente desde la base, el único lugar donde hay células vivas, por lo que es del todo imposible que un acontecimiento puntual cambie su apariencia en sólo unas horas. Las situaciones de estrés producen un desvío del aporte energético hacia las funciones implicadas en los mecanismos de lucha/huida, e inhibe o disminuye las funciones no esenciales. Esto podría provocar una falta de nutrientes en el cuero cabelludo, la muerte de algunas células de la base del cabello y el consiguiente aumento de su caída. Curiosamente, los cabellos pigmentados son más débiles que los canosos, por lo que al morir preferentemente los primeros quedarían más los segundos, lo que podría dar la sensación de una tonalidad más clara en algunos individuos.

No ha sido tan difícil, ¿no?

lunes, 6 de junio de 2011

MIDIENDO LA INCERTIDUMBRE (i)

Cuentan que, aprovechando una parada durante un viaje en diligencia, un grupo de pasajeros se puso a jugar a cartas. Al inicio de la partida cada jugador pondría una cantidad (a efectos prácticos, digamos que un maravedí, o mvd), y quien ganase 10 partidas se llevaría el premio acumulado (digamos, X mvds). Cuando llamaron a reanudar el viaje el juego no había acabado, por lo que un sustancioso bote esperaba en la mesa la decisión de a qué manos iría a parar. El pasajero que hasta ese momento llevaba más partidas ganadas reclamó adjudicarse el premio.

- Eso no es justo –propuso el segundo clasificado-, puesto que no ha alcanzado el número de 10 victorias.

“La decisión más justa –propuso-, sería repartir el premio de forma proporcional a las partidas ganadas: si dividimos el premio por el número de partidas jugadas, fácilmente puede hacerse un reparto de forma proporcional”. Es decir, cuatro jugadores a 1 mvd por jugador y 10 partidas jugadas hacen 40 mvd en total (4 mvd de incremento en el bote por partida). El pasajero que ganó 6 (que a partir de ahora llamaremos p6), se llevaría 24 mvds, el que ganó 3 (p3) 12 mvds, el que ganó sólo 1 (p1) 4 mvds… y el que no ganó ninguna (p0), pues nada. Parece justo, ¿no?...

- Bueno –se oyó de pronto en la fonda-, esa no es precisamente la mejor forma de hacer justicia.

Los sorprendidos jugadores en el momento de oir la voz misteriosa

Todos se volvieron hacia el individuo de hablar calmoso y aire distraído, a la sazón, un insigne matemático que casualmente compartía viaje con los jugadores. De todos es sabida la costumbre de los hombres de ciencia, y en especial de los matemáticos, de tirar por tierra cualquier verdad irrefutable y “científicamente demostrada” que corre de boca en boca, haciendo, además, uso de los más estrafalarios e incomprensibles argumentos. Mala gente, vaya.

- Si queremos ser justos –continuó por encima del estupor general-, sin duda hay que considerar el estado actual del marcador, pero el bote debería repartirse teniendo en cuenta también los resultados futuros.

- Nadie puede saber los resultados futuros –repuso inmediatamente p6 oliéndose un nuevo recorte en sus ganancias.

- De haber continuado la partida, podría haber ganado –manifestó p3, no perdiendo la oportunidad de arrimar un poco el ascua a su sardina-, me encontraba en racha.

- A mi me gustaría comprobar antes las cartas –opinó p1 lanzando sospechosas miradas al mazo y a los presentes-. En alguna partida no me han acabado de salir las cuentas…

- … ¿Eh?... –pensó p0, cuyos conocimientos de matemáticas y del juego de cartas vivían en el mismo piso.

- ¿Suben ya los caballeros, o prefieren esperarse a la diligencia de San Fernando? –preguntó el cochero algo amoscado con la demora.

Mientras los jugadores deliberaban, un grupo de viajeras esperaba
pacientemente reanudar el camino rezando el rosario.

Ante la perspectiva de continuar el viaje a golpe de calcetín si no hacían caso, los pasajeros acordaron proseguir la discusión en ruta y confiaron el bote al pasajero de mayor edad, no por su apariencia honesta si no porque les pareció el más fácil de alcanzar si se le ocurría huir con el dinero.

El matemático permaneció pensativo y concentrado, con los ojos cerrados ante la atenta mirada del resto.

- Ciertamente no podemos predecir el futuro, pero si podemos determinar qué posibilidades existen partiendo del presente, ¿no es cierto? –dijo por fin abriendo los ojos para alivio de los jugadores, que temían quedarse en ascuas el resto del camino si se dormía.

- Mmmm… podría ser –asintió p6 prudente.

- Que acabe ganando el segundo entra dentro de lo posible –apostilló machacón p3-, ciertamente hay que tenerlo en cuenta.

- Puestos a considerar, las trampas entran también dentro de lo posible –opinó el cada vez más receloso p1.

- Mmmm… pssssf -volvió a pensar el astuto p0.

- Como todos ustedes saben –prosiguió el matemático, totalmente ajeno a los esfuerzos mentales de p0-, para abordar un problema complejo podemos partir de una simplificación, e ir añadiendo complejidad progresivamente para ver cómo se comporta nuestro sistema.

El matemático hizo una pequeña pausa esperando obtener una aprobación, pero volvió rápidamente a hablar al ver las caras inexpresivas de los jugadores.

- Para simplificar, supongamos que el juego consiste en lanzar una moneda y que únicamente hay dos jugadores. Cada uno elige cara o cruz y gana el que acierte –sacó un cuaderno de su maleta y se puso a garabatear un esquema-. Supongamos ahora que se juega a ver quien acierta tres veces y que la partida se ha interrumpido con un bote de 64 mvds, habiendo salido dos veces cara (gana el jugador A) y una vez cruz (gana el jugador B). ¿Cómo repartiremos el premio?

- El jugador A debería quedarse con el premio –insistió p6 severo.

- Podrían haber salido dos cruces seguidas si hubiera dado tiempo –afirmó rápidamente p3-, pasa a menudo cuando se está en racha, como yo.

- ¿Alguien comprobó antes la moneda con la que se estaba jugando? –preguntó p1 con el ceño fruncido-. Eso es importante.

- La mnneda… ¿Impftrrrloor? –dijo tímidamente p0, en un esfuerzo por parecer inteligente.

- De continuar la partida –prosiguió el matemático tras lanzar una breve mirada al cielo- las posibilidades serian: que salga cara (el jugador A se lleva los 64 mvds) o que salga cruz, con lo que empatan a victorias y hay que volver a tirar para desempatar. Hasta ahora tenemos dos posibilidades, una favorable a A (1/2) y otra a empatar (1/2). Definiremos la probabilidad de un suceso como el número de casos favorables partido por el número de casos posibles. Así, la probabilidad de que salga cara o cruz será ½. Al volver a lanzar volveremos a tener dos posibilidades, una favorable a A y otra a B, por lo que ese ½ lo tendremos que dividir en dos: ¼ para A y ¼ para B. Dicho de otra forma, será el producto de multiplicar ½ por cada vez que tiremos.

Enseñó el esquema que había dibujado y prosiguió la explicación:


El misterioso primer esquema

- … es decir, que tenemos ½ + ¼ = ¾ de posibilidades de que gane A y sólo ¼ de que gane B. Por tanto, el premio se debería repartir de la siguiente forma: 48 mvds para A (64 * ¾ = 48) y 16 mvds para B (64 * ¼ = 16), si tenemos en cuenta lo que puede pasar partiendo de la situación al interrumpirse el juego. ¿Me siguen?

Estaba claro que le seguían porque no se podían bajar en marcha, pero la curiosidad por saber el desenlace podía más que las ganas de echar al matemático por la ventana… al menos por el momento.

- Ahora complicaremos un poco el sistema. Supongamos que en lugar de 3 son 4 las veces que ha de salir cara o cruz. El esquema de situaciones posibles comparado con el caso anterior es el siguiente:

El un poco menos misterioso segundo esquema

- Si sumamos los casos en que gana A obtenemos 11/16, mientras que a favor de B tenemos 5/16, por lo que el reparto quedaría 44 mvds para A y 20 para B –dejó unos segundos para que pudieran mirar a placer el esquema, tras lo cual preguntó-. ¿Qué diferencias pueden observarse entre ambas situaciones?

- El que iba ganando ha perdido 4 mvds –respondió p6 enfurruñado-. Es totalmente injusto.

- El que iba perdiendo se está acercando al que iba ganando –se apresuró a corroborar p3.

- Cada vez es más complicado, a uno se le quitan las ganas de jugar ¿dónde está el truco? –opinó p1 desdeñoso.

- Gggffffflll… -bostezó p0 apoyado en la ventanilla.

- Bueno -se resignó por fin el matemático, intuyendo que sería un poco más complicado de lo que pensaba-, lo primero que se puede observar es que el valor que asignamos a cada recorrido es el resultado de multiplicar ½ por cada tirada que efectuamos, tal y como ya expliqué. Eso es debido a que cada vez que tiramos la moneda se considera un suceso no influenciado por lo que pasó antes. Es decir, que el resultado es independiente de la tirada anterior. En estos casos se dice que la probabilidad de que pase algo habiendo pasado otra cosa previamente, si son independientes, es el producto de las probabilidades de cada suceso por separado. Es decir p(A/B) = p(A)*p(B).

“Otra cosa que se observa es que el número de tiradas máximo que se necesitan para acabar la partida pasa de 2 a 4. Y otra cosa interesante desde el punto de vista práctico es, por supuesto, que las cantidades a percibir van variando. En concreto, al aumentar los aciertos necesarios para ganar, aumenta la probabilidad de que el que parte con desventaja pueda ganar”

Esta última parte pareció despertar el interés de los jugadores, aunque por diferentes motivos.

- Si comparamos ahora las distintas opciones –prosiguió el matemático-, A se hubiera llevado los 64 mvds de haber dado el bote al que iba ganado, mientras que de aplicarse el criterio de la proporcionalidad, A (2 partidas ganadas de 3) su ganancia se habría limitado a sólo 42,7 mvds (64 * 2/3). Por el contrario, B hubiera pasado de percibir 0 mvds a llevarse 21,3 mvds (64 * 1/3).

- ¡Ya decía yo que era injusto! –exclamó p6 indignado.

- Si añadimos ahora la opción de considerar la probabilidad de ganar de cada uno, el reparto sería de 48 para A y 16 para B, pero… sólo con aumentar en uno el número de partidas necesario para ganar, vemos que la probabilidad de que A gane se reduce de ¾ a 11/16 (o lo que es lo mismo, de 12/16 a 11/16), mientras que B aumenta en la misma proporción, y las cantidades quedarían 44 mvds para A y 20 mvds para B.

- ¡Es lo que yo decía, si te dejan tiempo y estás en racha…! –exclamó p3 victorioso.

- Si calculamos ahora las probabilidades volviendo a aumentar en uno el número de partidas necesario para ganar –dijo el matemático atajando la euforia de p3, y volviendo a garabatear en el cuaderno-, vemos que el número máximo de partidas que faltan pasa de 4 a 6, y que las probabilidades cambian a 42/64 para A y 22/64 para B, lo que supondría un reparto de 42 mvds para A y 22 para B. Así, el resultado sería similar al reparto según las proporciones.

(Continuará)